Sueño que soñé
Itzel de la Garza
¿Cómo es vivir entre sus propios sueños? ¿Cómo se percibe la realidad cuando el estado de vigilia y el sueño se confunden? Estas son unas de las preguntas a las que nos conduce la exposición de Itzel de la Garza, quien trabaja con su archivo personal para mostrar su experiencia con la narcolepsia de la que fue diagnosticada hasta recientemente. La definición de narcolepsia que nos da la RAE es la siguiente: “estado patológico caracterizado por accesos irresistibles de sueño profundo”; esta definición nos acerca apenas a su vivencia.
Itzel de la garza usa la cámara y la edición de imágenes para mostrarnos cómo se ve y se vive con narcolepsia, en medio de falsas memorias y desde una borrosidad constante.
Esta exposición es mirar a un desdoblamiento perceptual, y es una oportunidad de cuestionarnos acerca del deseo de borrar la frontera entre consciencia e inconsciencia que exploraron los surrealistas hace más de medio siglo. Si para los surrealistas, ocupar el sueño era un campo lúdico de experimentaciones, para Itzel significó la construcción de un relato solitario en el que la escritura juega el papel de testigo del delirio.
¿Cómo comprendo el exterior si este es un lugar inhóspito y habitado de presencias fantasmas sobre múltiples planos? Transcurriendo la obra de Itzel de la Garza, se comprende que fue Dalí, quien entre su obsesión óptica y su búsqueda de una estética paranoica, se ha acercado más a una representación de la narcolepsia. Sueño que soñé, primera exposición de Itzel de la Garza, continúa con el surrealismo desde un onirismo crudo atravesado por la inocencia.
Virginie Kastel
“¿Cómo se construye la realidad cuando no se puede confiar en la veracidad de los propios sentidos?”
Mediante la intervención de fotografías que fueron tomadas a lo largo de mi crecimiento, comparto la percepción actual de mis vivencias como niña, las cuales fueron alteradas por un trastorno del sueño no diagnosticado: Narcolepsia
Entre alucinaciones hipnagógicas e hipnopómpicas y pensamientos irracionales impulsados por la paranoia, mis vivencias infantiles fueron perturbadas al punto de confundir el sueño y la vigilia.
Durante mis primeros diez años de vida, mis recuerdos fueron construidos y reconstruidos por los padecimientos ocasionados.
Pensamientos obsesivos, irracionales, macabros, y acusadores que salen a la superficie por una prolongada somnolencia. Los prejuicios y la culpa fueron los detonantes de la represión de estas ideas hasta la edad adulta, empeorando así los episodios ilusorios.
El apego a las creencias relacionadas con la Fe y Dios impuestos por una educación religiosa arraigada adentro de mi círculo familiar y social fueron detonantes del acercamiento a rituales que buscaban aliviar momentáneamente la vergüenza e incertidumbre.
En la búsqueda entre imágenes, dibujos y textos de mi pasado me es posible cuestionar la fidelidad de mis recuerdos y la importancia de este imaginario para la construcción de una identidad sólida.
Itzel de la Garza